La legislación de la Unión Europea se crea en 24 idiomas oficiales que se compenetran e interactúan. Como resultado, la ley europea puede entenderse de manera diferente en París, Varsovia o Helsinki. Las diferencias lingüísticas fueron examinadas por la Dra. Agnieszka Doczekalska del Departamento de Derecho Internacional y Derecho de la Unión Europea de la Universidad Kozminski de Varsovia, autora del libro “Lenguaje jurídico en la creación y transposición del Derecho de la Unión Europea. Procesos de hibridación”.
La investigación de la Dra. Doczekalska muestra que la barrera para crear una ley común es el uso de expresiones que no existen en otros idiomas.
“Incluso es posible que un ciudadano que sigua la ley en la versión nativa, en el caso de diferencias entre las versiones lingüísticas, de hecho viole la ley de la UE”, explica la investigadora y lo explica en un ejemplo. “Si un acto de la UE contiene el término «actually», lo traduciremos como «real» o «de hecho». Pero en polaco podemos encontrar las siguientes versiones de la traducción: «actualmente», «ahora». Incluso una palabra puede cambiar la comprensión del acto y, por lo tanto, la aplicación de la ley”, enfatiza.