Según la última investigación del Dr.Kacper Gradoń del Centro de Ciencias Forenses de la Universidad de Varsovia (UW), durante la pandemia de COVID-19 la difusión de información falsa o engañosa, intencional o accidental, ha aumentado significativamente.

“Esta es una situación en la que observamos un aumento constante en el alcance y la importancia de los medios electrónicos y, al mismo tiempo, experimentamos una amenaza epidemiológica global sin precedentes con todas sus consecuencias sociales, económicas y políticas. Es un caldo de cultivo ideal para varias teorías de conspiración, aumenta la actividad de propaganda de una amplia gama de movimientos extremistas y brinda excelentes oportunidades para campañas organizadas (estatales) en el campo de la guerra de información, en las que la Federación de Rusia y China se especializan”, explica el Dr. Gradoń.

Según el investigador, las campañas de desinformación llevadas a cabo por los estados pueden servir para lograr sus objetivos estratégicos y geopolíticos. En el caso de Rusia, se trata principalmente de la implementación práctica de una guerra híbrida, las doctrinas de Gerasimov y la desestabilización de las sociedades occidentales. En el caso de China, la motivación es el deseo de convertirse en una superpotencia mundial clave y dominar la economía.