Hasta ahora, la mayoría de las proyecciones mostraban que los gases de efecto invernadero procedentes del deshielo del permafrost contribuirían «sólo» a unos 0,2 grados centígrados al calentamiento global en 2100. Sin embargo, un estudio del Prof. Jarosław Majka de la Universidad de Ciencia y Tecnología AGH de Cracovia, el Prof. Nikolaus Froitzheim de la Universidad de Bonn y el Dr. Dmitry Zastrozhnov del Instituto Ruso de Investigación Geológica en San Petersburgo ha cuestionado estas suposiciones.
Los investigadores han observado que las concentraciones de metano en el aire de Siberia han aumentado tras la ola de calor de 2020. Este estado se ha mantenido durante los siguientes meses.
Los geólogos han comparado la distribución espacial y temporal de las concentraciones de metano en el aire del norte de Siberia con mapas geológicos. Según los investigadores, las concentraciones de metano en el aire tras de la ola de calor del año pasado indican que el aumento de las emisiones de gas procedía de las formaciones calcáreas. Los resultados del estudio han sido publicados en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) de la US National Academy of Sciences.