Las personas con discapacidad que viven en hogares de ancianos, refugiados, migrantes, personas sin hogar representan más del 20% de la sociedad polaca. El impacto de la pandemia en estos grupos durará mucho más que el riesgo epidémico en sí, por lo que sus problemas deben ser abordados con urgencia por los tomadores de decisiones. Así lo opinan los miembros del equipo asesor interdisciplinario de COVID-19 en el Presidente de la Academia Polaca de Ciencias (PAN).
Según los especialistas, si bien COVID-19 afecta a todos, los efectos de la pandemia no son los mismos para todos. Las personas con discapacidad, especialmente las que viven en hogares de ancianos, los refugiados y los migrantes o las personas sin hogar, enfrentan dificultades adicionales, que a menudo escapan a la atención de los responsables de la formulación de políticas.
Aunque estos grupos suelen entenderse como minorías, constituyen en total más del 20% de la sociedad polaca. Son una parte integral de ella. Su situación, ya difícil en tiempos normales, se volvió aún más difícil durante la pandemia. La pandemia no solo expuso todas las debilidades del sistema de apoyo a estas personas, sino que también generó problemas completamente nuevos”, enfatiza el equipo del PAN.
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